En Peñaherrera, donde las montañas guardan historias volcánicas, se encuentran las Termas Nangulví. Aquí, seis piscinas de aguas termales, con temperaturas que van de 24 °C a 40 °C, ofrecen un lugar lleno de tranquilidad para quienes buscan soltar tensiones y cuidar su salud. Cada inmersión aporta minerales que ayudan a aliviar músculos cansados y a despejar la mente. Entre piscina y piscina, los senderos ecológicos llevan a descubrir rincones de bosque que crecen junto al paso tranquilo del río. Cada camino recuerda la fuerza de la naturaleza y la forma en que la tierra transforma el agua en un recurso curativo. Para compartir el día, el restaurante sirve platos caseros, ideales para reponer energías con sabores de la región. Las familias tienen su espacio designado, y quienes prefieran quedarse más tiempo encuentran desde habitaciones sencillas con vista al río hasta áreas de camping, donde despertar con el canto de las aves es parte de la experiencia.