Gualimán se alza como una meseta natural única en la zona de Intag, rodeada de imponentes peñascos que la convierten en una auténtica fortaleza geológica. Sirvió durante siglos como centro administrativo, ceremonial y de sanación, cuyas evidencias se conservan hoy en el museo de sitio. Su clima tropical seco combina días de sol radiante con noches frescas, ofreciendo un contraste agradable durante la visita. Los recorridos guiados permiten explorar el Templo del Sol, las antiguas zonas ceremoniales y miradores arqueológicos que ofrecen vistas panorámicas del valle. Para los amantes de la aventura, las rutas a través del bosque nublado incluyen caminatas por la biodiversidad del Chocó Andino. Al caer la tarde, el camping junto al río y los refugios rústicos brindan la oportunidad de prolongar la experiencia bajo un cielo estrellado. Gualimán cuenta con plantaciones propias de café orgánico de altura, que se puede disfrutar in situ o llevar como recuerdo. Para aprovechar al máximo la visita, se recomienda llevar calzado de montaña, ropa abrigada, agua, snacks y protector solar, así como respetar las señalizaciones arqueológicas y preservar intactos los vestigios del pasado.